Cómo detectar y tratar una cicatriz en el ojo

Una cicatriz en el ojo puede pasar desapercibida al principio, pero con el tiempo puede afectar la visión y causar molestias.

En este artículo, te explicaremos qué son, cómo identificarlas y qué opciones de tratamiento existen para mantener la salud de tus ojos.

¿Qué es una cicatriz en el ojo?

Una cicatriz en el ojo es una lesión o marca que aparece en la superficie ocular, generalmente en la córnea, que es la capa transparente que cubre el iris y la pupila.

Esta cicatriz puede alterar la estructura y transparencia de la córnea, lo que podría afectar la visión. Dependiendo de su tamaño y ubicación, puede variar desde no causar síntomas evidentes hasta generar molestias significativas o incluso pérdida parcial de visión.

Qué puede causar una cicatriz en el ojo

Existen diversas razones por las que puede formarse una cicatriz en el ojo. Identificar la causa es esencial para determinar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones a futuro.

Infecciones

Las infecciones oculares son una de las principales causas de cicatrices en el ojo, especialmente cuando no se diagnostican o tratan a tiempo.

Una de las más comunes es la queratitis, una inflamación de la córnea que puede ser causada por bacterias, virus, hongos o parásitos.

Otra infección frecuente es el herpes ocular, producido por el virus del herpes simple, que puede provocar úlceras dolorosas en la córnea y, si no se trata, dejar cicatrices permanentes.

Estas infecciones suelen iniciar con síntomas como enrojecimiento, dolor, sensibilidad a la luz y visión borrosa. Si no se actúa rápidamente, la inflamación puede dañar las capas más profundas de la córnea, afectando su transparencia y generando una cicatriz que dificulta el paso de la luz, lo que impacta directamente en la calidad de la visión.

Traumatismos

Un golpe en el ojo, rasguño o corte en la superficie ocular puede dañar la córnea, dejando una marca permanente durante el proceso de curación. Estos traumatismos pueden ser resultado de accidentes domésticos, laborales o deportivos, así como por el contacto con objetos afilados, partículas de polvo o escombros.

Incluso lesiones pequeñas que parecen inofensivas pueden provocar cicatrices si afectan las capas más profundas de la córnea o si se infectan. Por ejemplo, una abrasión corneal causada por un rasguño puede inflamarse o complicarse si no se trata correctamente, llevando a la formación de tejido cicatricial.

Distrofia corneal

La distrofia corneal es una condición hereditaria que afecta la estructura y transparencia de la córnea. En esta enfermedad, se acumulan depósitos anormales en las capas de la córnea, lo que puede llevar a su opacificación y formación de cicatrices con el tiempo.

A medida que la enfermedad progresa, el tejido de la córnea puede deteriorarse, cicatrizar y alterar la forma en que la luz entra al ojo, causando problemas visuales significativos.

Ojo seco

El síndrome de ojo seco ocurre cuando los ojos no producen suficientes lágrimas o cuando estas no tienen la calidad necesaria para mantener la superficie ocular lubricada. Esta falta de lubricación puede provocar irritación crónica, inflamación y, en casos graves, daño en la córnea que puede resultar en cicatrices.

Cuando el ojo está seco, la superficie corneal se vuelve más vulnerable a pequeñas lesiones, como microabrasiones, que pueden agravarse si no se tratan. Además, la irritación constante genera inflamación, lo que incrementa el riesgo de que se formen cicatrices permanentes. Este problema es común en personas mayores, en aquellas que pasan mucho tiempo frente a pantallas, o en ambientes con aire acondicionado, viento o baja humedad.

Mal uso de lentes de contacto

El uso inadecuado de lentes de contacto es una causa común de cicatrices en el ojo, especialmente en la córnea. Esto puede ocurrir por varias razones, como no seguir las instrucciones de limpieza, utilizar lentes dañados o caducados, usarlos por períodos más largos de los recomendados, o dormir con ellos cuando no están diseñados para uso nocturno.

Cuando los lentes de contacto no se manejan correctamente, pueden provocar microlesiones en la superficie de la córnea. Estas pequeñas abrasiones pueden infectarse fácilmente si las bacterias u otros microorganismos presentes en los lentes contaminados entran en contacto con el ojo. Además, el uso prolongado de lentes puede disminuir el flujo de oxígeno a la córnea, debilitándola y aumentando el riesgo de complicaciones como infecciones o úlceras corneales, que a menudo dejan cicatrices.

Cómo identificar una cicatriz en el ojo

Detectar una cicatriz en el ojo puede ser un desafío, ya que en sus etapas iniciales no siempre presenta síntomas evidentes. Sin embargo, existen señales que pueden indicar su presencia y que no deben ignorarse.

Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Visión borrosa: Las cicatrices en la córnea pueden dificultar el paso de la luz hacia el ojo, provocando que la visión sea menos clara.
  • Sensibilidad a la luz: La irritación de la superficie ocular puede causar molestias ante la luz brillante.
  • Dolor o sensación de cuerpo extraño: Aunque no siempre, algunas cicatrices pueden generar molestias o sensación de algo en el ojo.
  • Enrojecimiento persistente: Aunque no es exclusivo de una cicatriz, puede ser un indicio cuando se acompaña de otros síntomas.

La única manera de confirmar la presencia de una cicatriz es mediante un examen ocular realizado por un especialista.

Si experimentas alguno de estos síntomas o cambios en tu visión, es importante acudir a un oftalmólogo. La detección temprana no solo ayuda a confirmar la presencia de una cicatriz, sino también a evitar complicaciones futuras y a explorar las opciones de tratamiento más adecuadas.

Tratamientos disponibles

El tratamiento adecuado dependerá de la causa que originó la cicatriz y de su gravedad, siendo el oftalmólogo quien determinará la mejor opción para cada caso.

Existen principalmente dos enfoques para tratar una cicatriz en el ojo:

  • Tratamiento con medicamentos: En cicatrices leves, los especialistas suelen recomendar el uso de medicamentos en forma de colirios o pomadas. Estos productos ayudan a regenerar el tejido ocular, reducen la inflamación y mejoran la lubricación del ojo, lo que facilita el proceso de recuperación. Este enfoque es especialmente efectivo en casos de infecciones tratadas a tiempo o cicatrices de menor tamaño.
  • Cirugía: Para cicatrices más grandes o antiguas, es posible que se requiera una intervención quirúrgica. Según la naturaleza de la cicatriz, la cirugía puede ir desde procedimientos simples hasta un trasplante de córnea en casos graves. Después de la operación, se suele complementar el tratamiento con medicamentos tópicos para acelerar la regeneración del tejido y garantizar una recuperación adecuada.

El tratamiento siempre debe ser personalizado y ajustado al estado del ojo del paciente.

Si crees que puedes tener una cicatriz en el ojo o tienes alguna duda sobre su causa o tratamiento, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

El Centro Oftalmológico Daniel Perera pone a tu disposición un excelente equipo médico que te garantiza una atención personalizada y de calidad.

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