El coronavirus (COVID-19) podría afectar a nuestros ojos y causar conjuntivitis vírica, según la Academia Americana de Oftalmología. Además de los síntomas comunes del nuevo coronavirus (fiebre, tos, etc.), padecer sequedad ocular, ojos rojos o visión borrosa también podrían ser síntomas de esta enfermedad, tras detectarse en algunos casos de personas infectadas.
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¿Tienen relación el COVID-19 y la conjuntivitis?
Según ha informado la Academia Americana de Oftalmología (AAO), la conjuntivitis podría ser uno de los primeros síntomas del COVID-19, aunque también podría aparecer en fases más avanzadas de la enfermedad.
El coronavirus afecta principalmente a las vías respiratorias, pero, al parecer, se han detectado casos de conjuntivitis en secreciones oculares con hallazgo positivo del virus. Varias evidencias científicas sugieren que la infección se transmite a través de gotitas a la conjuntiva, pudiendo ser, por tanto, la conjuntivitis la primera manifestación de la infección.
No obstante, hasta el momento el porcentaje de pacientes infectados que presenta este síntoma es muy bajo, tan solo entre un 1% y un 3% de ellos lo padecen.
Asimismo, el riesgo de que un paciente contagiado transmita el virus a través de su lágrima es mínimo, puesto que requeriría el contacto con el ojo y la lágrima, así como la trasmisión a otra persona.
Sin embargo, la conjuntivitis vírica tiene una gran facilidad de contagio. Bastaría con tocar una superficie u objeto, que antes haya tocado una persona afectada con conjuntivitis, y después tocarnos los ojos para que se transmita. Por ello, es imprescindible el lavado y desinfección constante de manos.
La conjuntivitis y sus síntomas
La conjuntivitis consiste en una inflamación de la conjuntiva, una barrera natural de defensa y de protección del ojo, que recubre la cara posterior de los párpados y la cara anterior del globo ocular.
La causa más común de la conjuntivitis es un virus, aunque también puede estar producida por una infección bacteriana, por una reacción alérgica o por un objeto extraño en el ojo. También la contaminación y el cloro de las piscinas pueden causarla.
La conjuntivitis puede afectar tanto a niños como adultos, pero no suele ser grave en la mayoría de los casos, aunque sí algo dolorosa.
Es conveniente acudir al oftalmólogo lo antes posible cuando se detecten los siguientes síntomas:
- Legañas en los ojos o en las pestañas.
- Inflamación de los párpados.
- Picor u ardor de ojos.
- Sensación de cuerpo extraño.
- Enrojecimiento de los ojos y/o del interior de los párpados.
- Lagrimeo.
- Secreción ocular.
- Fotosensibilidad.
Un cuadro de conjuntivitis vírica suele durar entre una o dos semanas, aunque puede alargarse hasta cuatro semanas. Su tratamiento dependerá del tipo y gravedad, pero en la mayoría de los casos se cura con un colirio.
Extremar la higiene como medida de prevención
Además del lavado frecuente de manos con agua y jabón o con alguna solución hidroalcohólica, se recomienda tener en cuenta una serie de precauciones para evitar una conjuntivitis vírica:
- Trata de evitar frotarte los ojos con la mano. Es preferible hacerlo con pañuelos desechables.
- Extrema la higiene si usas lentillas.
- Utiliza gafas de sol homologadas para limitar la exposición ocular.
- Limpia tus gafas con frecuencia con agua y jabón, no con soluciones hidroalcohólicas o de otro tipo que sean potencialmente agresivas y puedan dañar los cristales que se hayan fabricado con filtros de protección, antirreflejos, etc.
- En caso de estar aplicándote algún colirio ten cuidado de que la punta del frasco no toque la superficie ocular.
- No compartas toallas, sábanas ni productos cosméticos con personas infectadas.
Si tienes cualquier pregunta sobre la conjuntivitis, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
El Centro Oftalmológico Daniel Perera pone a tu disposición un excelente equipo médico que te garantiza una atención personalizada y de calidad.
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