Al igual que la piel u otras partes de nuestro organismo, la vista también se ve afectada por el paso del tiempo. Al superar los 40 años es normal notar que la vista ha empeorado, esto se debe al envejecimiento ocular y resulta un proceso natural asociado a la edad.
Sin embargo, aunque el empeoramiento de la visión sea algo normal, lo cierto es que el envejecimiento ocular puede llegar a causar múltiples problemas visuales. A continuación, te contamos cuáles son las enfermedades visuales más comunes asociadas al envejecimiento, sus síntomas y tratamientos.
Índice
¿A qué partes del ojo puede afectar el envejecimiento ocular?
Lo más conocido sobre el envejecimiento ocular es su asociación con la pérdida de visión. Lo cierto es que este deterioro del organismo puede afectar y provocar cambios en todas las estructuras del ojo, como:
- Los párpados
- El cristalino
- La córnea
- La retina
Detectar las enfermedades visuales de manera precoz es un factor determinante a la hora de evitar complicaciones, agravamiento de síntomas y poder recuperar la visión perdida. Por ese motivo, es imprescindible que las personas mayores de 40 años se realicen una revisión oftalmológica al menos una vez al año.
Cataratas, la patología más común asociada a la edad
Las cataratas son una opacidad en el cristalino que provocan que la visión a través de las opacidades pueda compararse a ver a través de una ventana empañada. La mayoría de las cataratas se desarrollan cuando el envejecimiento causa cambios en el tejido del cristalino del ojo, haciéndolo menos flexible y más grueso, causando que las fibras y las proteínas del cristalino se rompan y se aglutinen.
Se suelen se desarrollar lentamente y no alteran la vista desde un inicio, por lo que es difícil detectarlas, si no se acude periódicamente a una revisión oftalmológica.
Una vez desarrolladas, las cataratas comienzan a interferir en la visión. En sus inicios, con una buena iluminación y el uso de gafas pueden solucionarse los problemas de vista, pero si la enfermedad sigue desarrollándose, a medida que se va nublando el cristalino, puede llegar a causar ceguera, por lo que será necesario una intervención quirúrgica.
Sus principales síntomas son los siguientes:
- Visión nublada o borrosa.
- Aumento de la dificultad de ver en ambientes poco iluminados.
- Necesidad de una luz más brillante para leer.
- Ver halos alrededor de las luces.
- Sensibilidad a la luz y al resplandor.
- Decoloración o amarillamiento de los colores.
- Cambios frecuentes en los lentes de contacto recetados.
- Visión doble en un solo ojo.
En los casos en los que las cataratas interfieren gravemente en la visión el oftalmólogo puede ver necesario realizar una cirugía conocida como cirugía de cataratas. Este procedimiento conlleva la extracción del cristalino del ojo y, generalmente, reemplazarlo por una lente artificial. Se trata de un procedimiento ambulatorio, muy común y seguro para el paciente.
Presbicia
La presbicia es la pérdida gradual de la capacidad para enfocar objetos cercanos. Esta enfermedad se suele comenzar a notar entre los 40 y 50 años y empeora hasta los 65 años, por lo que la edad es el mayor factor de riesgo para desarrollar presbicia.
El cristalino aporta la capacidad de enfoque. Al mirar algo de cerca este se curva y se contrae, por lo que la pérdida de elasticidad asociada a la edad de este órgano dificulta poder enfocar objetos a poca distancia.
Sus principales síntomas son los siguientes:
- Necesidad de sostener el material de lectura más lejos para ver las letras con mayor claridad.
- Visión borrosa a una distancia de lectura normal.
- Dolores de cabeza después de leer o realizar trabajos minuciosos, también conocido como cansancio ocular.
La presbicia o vista cansada se detecta con un examen ocular básico y puede solucionarse con gafas o lentes de contacto.
Sequedad ocular
La sequedad ocular es una afección frecuente que se da cuando las lágrimas no logran lubricar los ojos de forma adecuada. Los ojos secos son el resultado de multitud de causas que alteran las tres capas de la película lagrimal (lipídica, acuosa y mucínica). Si cualquiera de estas capas se ve afectada, puede producirse sequedad ocular.
Sus principales síntomas son los siguientes:
- Sensación de pinchazo, ardor o picazón en los ojos.
- Enrojecimiento de los ojos.
- Sensación de que tener algo en los ojos.
- Ojos vidriosos.
- Mucosidad viscosa en los ojos o a su alrededor.
- Sensibilidad a la luz.
- Dificultad para usar lentes de contacto.
- Dificultad para conducir de noche.
- Visión borrosa o fatiga ocular
El tratamiento para la sequedad ocular dependerá de la gravedad de los síntomas del paciente. Para casos leves puede resultar suficiente el uso de lágrimas artificiales. Para casos más severos pueden recetarse medicamentos u otros tratamientos, como la cauterización térmica para cerrar los conductos lacrimales.
Glaucoma
El glaucoma es un grupo de afecciones oculares que dañan el nervio óptico, generalmente debido a una presión en el ojo más alta de lo normal. Se trata de una de las principales causas de ceguera en personas mayores de 60 años, aunque puede producirse a cualquier edad.
Existen dos tipos de glaucoma: de ángulo abierto y ángulo cerrado.
- El glaucoma de ángulo abierto está provocado por la lenta obstrucción de los canales de drenaje, lo que genera un aumento de presión que empuja sobre el nervio óptico causando puntos de ceguera.
Puede tratarse con una cirugía de descompresión ocular y tratamientos farmacológicos.
- El glaucoma de ángulo cerrado es una forma menos frecuente de glaucoma que es provocado por el bloqueo de los canales de drenaje, produciendo un repentino aumento de la presión intraocular y pudiendo causar ceguera.
Puede tratarse con la realización de una iridotomía periférica con láser.
Degeneración macular asociada a la edad
La degeneración macular o DMAE, es un trastorno ocular gradual en el que lentamente se va perdiendo la visión central y aguda. Se produce cuando un proceso degenerativo afecta a la mácula, la zona central de la retina.
Existen dos tipos de degeneración macular asociada a la edad:
- DMAE seca: es la más frecuente. Es benigna y su evolución es lenta.
- DMAE húmeda: se trata de una degeneración mucho más agresiva que sin el tratamiento adecuado puede producir la pérdida de la visión central.
Desgraciadamente, la DMAE seca no tiene tratamiento, pues una vez que las células del ojo se han destruido no hay, de momento, ningún tratamiento para poderlas renovar.
Para la DMAE húmeda, actualmente existen tratamientos farmacológicos antiangiogénicos con muy buenos resultados.
Si tienes cualquier pregunta sobre el envejecimiento ocular, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
El Centro Oftalmológico Daniel Perera pone a tu disposición un excelente equipo médico que te garantiza una atención personalizada y de calidad.
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