Herpes ocular

¿Conoces el herpes ocular? Aunque muchas personas están familiarizadas con el herpes labial o el herpes genital, mucha gente desconoce la capacidad de este virus para impactar la salud ocular, lo que puede llevar a complicaciones graves si no se detecta y trata a tiempo.

A diferencia de otras infecciones oculares, el herpes ocular no siempre se manifiesta de forma evidente. Puede confundirse con otras afecciones como la conjuntivitis o una irritación ocular común. Por eso, reconocer los primeros signos es clave para evitar daños a largo plazo.

¿Qué es el herpes ocular?

El herpes ocular es una infección viral causada principalmente por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1), el mismo virus responsable del herpes labial. En casos más raros, puede ser causado por el virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2), que generalmente se asocia con el herpes genital. Esta infección afecta la superficie del ojo y, en casos graves, puede involucrar capas más profundas como la córnea.

Aunque el virus del herpes simple puede permanecer inactivo en el cuerpo durante largos períodos, ciertos factores pueden desencadenar su reactivación, lo que lleva a un brote ocular. Una vez que el virus se reactiva, se desplaza a lo largo de los nervios hasta llegar al ojo, causando inflamación e irritación.

El herpes ocular puede presentarse de diferentes maneras, siendo la más común la queratitis herpética, que afecta la córnea. Esta condición puede variar en gravedad, desde una infección leve que causa molestias temporales hasta casos severos que resultan en daño permanente a la visión.

Es importante destacar que el herpes ocular no es contagioso entre personas de manera directa a través de los ojos, pero el virus del herpes simple puede transmitirse por contacto cercano, como besos o compartir utensilios, especialmente durante un brote activo.

Síntomas del herpes ocular

El herpes ocular puede presentarse de forma sutil al principio, lo que dificulta su diagnóstico. Sin embargo, los síntomas pueden progresar rápidamente y afectar de manera significativa la salud visual si no se tratan a tiempo. La infección puede aparecer en un solo ojo y variar en gravedad, desde molestias leves hasta problemas graves en la córnea que comprometen la visión.

Los síntomas pueden confundirse con otras afecciones oculares, como la conjuntivitis o el ojo seco, por lo que es fundamental estar atento a cualquier signo inusual y buscar atención médica.

Síntomas Descripción
Enrojecimiento ocular Aparición de vasos sanguíneos visibles en la parte blanca del ojo, acompañado de inflamación.
Dolor o sensación de ardor Sensación punzante o de ardor en el ojo afectado.
Visión borrosa Dificultad para enfocar objetos, que puede empeorar durante un brote.
Fotofobia Sensibilidad extrema a la luz, lo que genera molestias al estar en ambientes iluminados.
Lagrimeo excesivo Producción abundante de lágrimas, a menudo acompañada de sensación de cuerpo extraño en el ojo.
Pequeñas úlceras Aparición de llagas en los párpados o cerca del ojo, visibles en algunos casos.
Párpados hinchados Hinchazón que dificulta abrir o cerrar el ojo cómodamente.

Factores de riesgo y reactivación del virus

El herpes ocular permanece de forma latente en el cuerpo después de una infección inicial. Aunque puede mantenerse inactivo durante largos períodos, ciertos factores pueden desencadenar su reactivación, aumentando el riesgo de un brote ocular.

Estrés y fatiga

El estrés emocional o físico es uno de los factores más comunes asociados con la reactivación del VHS. Cuando el cuerpo está bajo estrés, el sistema inmunológico se debilita, lo que facilita que el virus latente se active y provoque síntomas oculares.

La falta de sueño o períodos prolongados de agotamiento físico también aumentan la susceptibilidad a los brotes.

Exposición solar

La radiación ultravioleta (UV) puede ser un desencadenante importante para la reactivación del virus en personas con antecedentes de herpes ocular. La luz solar intensa puede irritar los ojos y debilitar las defensas naturales locales.

Usar gafas de sol con protección UV es fundamental para minimizar este riesgo.

Sistema inmunológico debilitado

Un sistema inmunológico comprometido hace que el cuerpo sea menos eficaz en mantener al virus en estado latente. Esto puede ocurrir debido a:

  • Enfermedades crónicas como VIH/SIDA o diabetes.
  • Uso de medicamentos inmunosupresores, como corticosteroides o tratamientos para el cáncer.
  • Recuperación de una cirugía mayor o infecciones graves.

Tratamiento del herpes ocular

El tratamiento del herpes ocular es fundamental para controlar la infección, aliviar los síntomas y prevenir complicaciones como cicatrices en la córnea o pérdida de visión. El tratamiento depende de la gravedad del brote y siempre debe ser indicada y supervisada por un oftalmólogo:

  • Medicamentos antivirales: Son el pilar principal del tratamiento y ayudan a reducir la replicación del virus y acelerar la recuperación. Se administran en forma de gotas oculares para infecciones localizadas o de antivirales orales en casos graves o recurrentes. También pueden utilizarse a largo plazo como terapia profiláctica en personas con brotes recurrentes.
  • Corticosteroides bajo supervisión médica: En casos de inflamación severa o complicaciones como la queratitis estromal, los corticosteroides pueden ser recetados para reducir la inflamación. Su uso debe ser controlado, ya que pueden agravar la infección viral si no se administran correctamente, por lo que siempre se combinan con antivirales.

Cuidados generales durante un brote

Además del tratamiento farmacológico, ciertos cuidados pueden ayudar a aliviar los síntomas y prevenir el empeoramiento de la infección:

  • Evitar frotarse los ojos: El contacto puede irritar más el ojo y favorecer la autoinoculación en el otro ojo.
  • Suspender el uso de lentillas: Las lentillas pueden aumentar la irritación y dificultar la recuperación.
  • Mantener una higiene estricta: Lavar las manos con frecuencia y evitar compartir toallas u otros objetos personales.
  • Proteger los ojos de la luz intensa: Usar gafas de sol para reducir la fotofobia y proteger el ojo de la radiación UV.

Si sospechas que padeces herpes ocular, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

El Centro Oftalmológico Daniel Perera pone a tu disposición un excelente equipo médico que te garantiza una atención personalizada y de calidad.

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