
A menudo recibimos en nuestro centro a pacientes que acuden preocupados por una mancha blanca en el ojo o por una pérdida visual progresiva cuyo origen no saben identificar.
Uno de los diagnósticos posibles en estos casos es el leucoma corneal, una afección que no siempre es conocida, pero que puede tener puede influir directamente en la calidad visual y, por tanto, en la calidad de vida de quien la padece.
Índice
- 1 Qué es un leucoma corneal y cómo identificarlo
- 2 Causas del leucoma corneal
- 3 Síntomas del leucoma corneal
- 4 Tipos de leucoma corneal
- 5 Riesgos del leucoma corneal
- 6 Prevención del leucoma corneal
- 6.1 Consultar siempre ante cualquier molestia ocular
- 6.2 Evitar el uso indiscriminado de colirios
- 6.3 Usar protección ocular en ambientes laborales de riesgo
- 6.4 Seguir correctamente las indicaciones después de una cirugía ocular
- 6.5 Controlar enfermedades crónicas
- 6.6 Evitar frotarse los ojos de forma agrasiva
- 6.7 No usar lentes de contacto sin supervisión médica
- 7 ¿Cómo se diagnostica un leucoma corneal?
- 8 Tratamientos disponibles
Qué es un leucoma corneal y cómo identificarlo
El leucoma corneal es una opacidad que se forma en la córnea, esa membrana transparente que cubre la parte frontal del ojo y que tiene la importante tarea de dejar pasar la luz hacia el interior del ojo. Junto con el cristalino, la córnea ayuda a enfocar los objetos, permitiéndonos ver con claridad.
Cuando esta estructura pierde su transparencia debido a una cicatriz , nuestra visión se ve comprometida. Esa cicatriz opaca es lo que conocemos como leucoma.
A simple vista, un leucoma puede aparecer como una mancha blanca o grisácea en la córnea. Dependiendo de su tamaño y ubicación, puede ser casi imperceptible o, por el contrario, causar una notable disminución de la visión. En algunos casos, también puede resultar estéticamente molesto si es muy visible, incluso si la visión no está gravemente afectada.
Causas del leucoma corneal
El leucoma no es una enfermedad en sí, sino más bien el resultado de un daño profundo en la córnea. Las principales causas que pueden llevar a la formación de un leucoma incluyen:
- Infecciones graves: Como la queratitis por herpes simple, herpes zóster, infecciones bacterianas o fúngicas, o una úlcera corneal que no se trató adecuadamente.
- Traumatismos: Golpes directos en el ojo, heridas causadas por objetos punzantes o cortes accidentales.
- Quemaduras químicas o térmicas: Sustancias como lejía, ácidos o calor extremo pueden dañar de manera irreversible las capas profundas de la córnea.
- Complicaciones postquirúrgicas: Algunos procedimientos oculares, si no se desarrollan correctamente, pueden resultar en cicatrices en el ojo.
- Enfermedades inflamatorias crónicas: Ciertas enfermedades autoinmunes o degenerativas pueden dañar lentamente la córnea.
En todos estos casos, si el daño alcanza las capas más internas de la córnea y no cicatriza de manera transparente, se formará un leucoma.
Conocer el tipo de leucoma es clave para elegir el tratamiento más adecuado.
Síntomas del leucoma corneal
Los síntomas del leucoma corneal pueden variar dependiendo de la gravedad del daño, el tamaño de la cicatriz y su ubicación. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Una disminución en la agudeza visual, que puede ser leve o bastante pronunciada.
- Visión borrosa o nublada, como si estuvieras mirando a través de un cristal empañado.
- Incomodidad ante la luz (fotofobia).
- Sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo.
- Enrojecimiento ocular en ciertos casos, especialmente si hay una inflamación activa.
No siempre se presentan todos los síntomas. Algunos pacientes solo notan una mancha visible en el ojo o se dan cuenta del problema durante un examen ocular de rutina.
Tipos de leucoma corneal
Aunque todos los leucomas tienen en común que son opacidades en la córnea, se pueden clasificar en diferentes tipos según su origen, ubicación y extensión:
Leucoma central
Este tipo de leucoma afecta de forma directa al eje visual (zona central de la córnea por donde pasa la mayor parte de la luz hacia la retina). Incluso una mínima opacidad puede causar una disminución significativa de la visión.
Síntomas como visión borrosa, dificultad para leer, ver la televisión o para conducir suelen estar relacionados con el leucoma central.
Se puede detectar observando una opacidad densa en el centro de la córnea.
Leucoma periférico
Se encuentra en las zonas externas de la córnea, alejado del eje visual. Aunque algunos pacientes pueden notar una ligera molestia o sensación de superficie corneal irregular, este tipo de leucoma puede pasar desapercibido.
Se puede observar si aparece una mancha blanquecina en el borde de la córnea.
Leucoma denso
Es una opacidad blanca intensa que generalmente implica un daño profundo como infecciones graves o traumatismos severos. Suele requerir tratamiento quirúrgico, ya que la disminución visual suele ser evidente.
Puede abarcar tanto la zona central como externa.
Leucoma superficial
Afecta solo las capas más externas de la córnea y, aunque en general es menos grave, puede provocar molestias, sensación de “arenilla” en el ojo, visión borrosa y sensibilidad a la luz.
Se puede corregir con tratamientos médicos menos invasivos como el pulido corneal.
Leucoma adherente
Es un tipo de leucoma complejo, en el que la cicatriz corneal se encuentra adherida al iris, probablemente producida por una perforación previa de la córnea, en el que el iris sale hacia el exterior (prolapso) y se suelda al tejido corneal durante la cicatrización.
Puede identificarse observando una mancha blanca con pigmentación oscura en el interior, produciendo visión borrosa, irregularidades en la pupila o aumento de la presión intraocular.
Riesgos del leucoma corneal
Ignorar un leucoma puede tener consecuencias importantes. Los riesgos asociados incluyen:
- Pérdida progresiva de visión: La agudeza visual puede verse afectada con el tiempo si el leucoma es extenso, se encuentra en el eje visual o si hay infecciones o inflamaciones crónicas. Incluso un leucoma estable puede causar dificultades visuales importantes si no se trata oportunamente.
- Complicaciones estéticas: En leucomas muy evidentes, especialmente si son centrales o de gran tamaño, puede generar incomodidad o inseguridad, afectando a la autoestima del paciente.
- Limitaciones funcionales: En ciertos casos, como el leucoma adherente, pueden aparecer otros problemas como el glaucoma, irregularidades pupilares o inflamación intraocular.
Por eso, incluso sin molestias importantes, es recomendable hacer revisiones periódicas y seguimiento médico adecuado para evitar complicaciones.
Prevención del leucoma corneal
Si bien es cierto que no todos los casos se pueden prevenir, existen medidas adecuadas para reducir el riesgo de padecer leucoma corneal:
Consultar siempre ante cualquier molestia ocular
Ante cualquier irritación, sensación extraña en el ojo o enrojecimiento, se debe acudir a un oftalmólogo que evalúe el caso para evitar riesgos de úlceras o lesiones permanentes.
Evitar el uso indiscriminado de colirios
Un mal uso de los colirios sin prescripción médica, sobre todo aquellos que contienen corticoides o antibióticos, puede favorecer la aparición de bacterias o virus resistentes, lo que puede agravar el problema.
Usar protección ocular en ambientes laborales de riesgo
En profesiones como la construcción, la metalurgia, la carpintería, la jardinería, o aquellas en las que se manipulen químicos, deben usarse gafas protectoras para evitar traumatismos o lesiones oculares.
Seguir correctamente las indicaciones después de una cirugía ocular
Es fundamental respectar las pautas, tiempos de reposo, medicación o revisiones marcadas por el médico tras una operación ocular. De lo contrario, se puede interferir en la cicatrización de la córnea y aumentar el riesgo de leucoma.
Controlar enfermedades crónicas
Es recomendable hacer seguimiento de patologías como la diabetes mellitus, la artritis reumatoide, el síndrome Sjögren u otras enfermedades autoinmunes, ya que pueden afectar de forma indirecta la salud ocular.
Controles médicos adecuados y revisiones oftalmológicas periódicas ayudan a prevenir lesiones en la superficie del ojo.
Evitar frotarse los ojos de forma agrasiva
Este hábito supone un riesgo de microtraumatismos, lesiones corneales o agravar inflamaciones previas.
No usar lentes de contacto sin supervisión médica
El abuso o uso inadecuado de lentes de contacto, sobre todo si no se respetan las normas de higiene y uso, es una causa frecuente de queratitis infecciosa que pueden derivar en leucoma.
¿Cómo se diagnostica un leucoma corneal?
El diagnóstico del leucoma corneal se basa en una exploración oftalmológica completa. En el Centro Oftalmológico Daniel Perera utilizamos tecnología de última generación que nos permite conocer todos los detalles necesarios para un diagnóstico preciso:
- Lámpara de hendidura: Permite observar la córnea con gran detalle.
- Topografía y tomografía corneal: Ofrecen una imagen en tres dimensiones de la córnea y revelan la extensión y profundidad del leucoma.
- OCT de segmento anterior: Técnica no invasiva que permite analizar las distintas capas de la córnea.
- Fotografía de segmento anterior: Documenta la evolución del leucoma y sirve como referencia para tratamientos.
En algunos casos, se puede complementar el estudio con exámenes para descartar enfermedades infecciosas o autoinmunes, sobre todo si la causa no está clara.
Tratamientos disponibles
El tratamiento dependerá de múltiples factores: la causa que originó el leucoma, la extensión del daño, la localización y cómo afecta a la vida diaria del paciente.
Tratamientos médicos conservadores
- Colirios antiinflamatorios o antibióticos, si hay un componente activo de inflamación o infección.
- Lágrimas artificiales para mejorar el confort ocular.
- Lentes de contacto terapéuticas que protejan la superficie ocular o mejoren la visión.
- Lentes esclerares o rígidas permeables al gas, en casos donde la córnea tiene una irregularidad significativa pero no se requiere cirugía.
Tratamiento quirúrgico
Cuando el leucoma afecta de forma significativa a la visión o a la calidad de vida, se plantean opciones quirúrgicas:
- Queratoplastia penetrante: Reemplazo completo de la córnea por una córnea sana de un donante.
- Queratoplastia lamelar anterior o posterior: Reemplazo selectivo de la parte dañada de la córnea, conservando las capas sanas.
- Transplante endotelial, si la capa más interna está afectada.
El tipo de cirugía se determina en función del caso específico de cada paciente. Hoy en día, estas técnicas ofrecen resultados muy positivos y seguros en manos de expertos oftalmólogos.
En el Centro Oftalmológico Daniel Perera trabajamos cada día para cuidar de tu salud ocular con un trato cercano y personalizado. Si sospechas que puedes tener un leucoma corneal o simplemente quieres revisar tu salud ocular, no dudes en contactar con nosotros.
Recuerda que una detección a tiempo puede marcar la diferencia. Tu visión merece la mejor atención.
El Centro Oftalmológico Daniel Perera pone a tu disposición un excelente equipo médico que te garantiza una atención personalizada y de calidad.
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